sábado, 26 de abril de 2014

DOBLEMENTE CORUPCIÖN

 
 
La corrupción es doble: del gobernante que se cree sede soberana del poder y de la comunidad política que se lo permite, que lo consiente, que se torna servil en vez de ser actora de la construcción de lo político (acciones, instituciones, principios).
 
El representante corrompido puede usar un poder fetichizado por el placer de ejercer su voluntad, como vanagloria ostentosa, como prepotencia despótica, como sadismo ante sus enemigos, como apropiación indebida de bienes y riquezas. No importa cuales aparentes beneficios se le otorgue al gobernante corrompido, lo peor no son los bienes mal habidos, sino el desvío de su atención como representante: de servidor o del ejercicio obediencial del poder a favor de una comunidad  se ha transformado en su esquilmador,  su “chupasangre” , su parásito, su debilitamiento y hasta su extinción como comunidad política. Toda lucha por sus propios intereses, de un individuo (el dictador), de una clase (como la burguesa), de una elite (como los criollos) de una “tribu”( herederos de antiguos compromisos políticos), son corrupción política.
E.D.A.
 
 
 
 
 

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