LA
REBELIÓN DEL OTOÑO
Poemas Luis Valdez Pallete
IPEC
Instituto
Peruano de Cultura
A
Dante, mi hijo, quien
puso San Petersburgo
ante mis ojos, para que
en el seno de esta maravilla
escuchara su alma y amor
en forma de música.
A
mi entrañable amigo
Olintho
Ugarte Salazar,
quien
impulsó a Dante
hasta
San Petersburgo,
como
impulsó mi pluma
hasta
la poesía, en los
manantiales
días de
nuestra
adolescencia.
A
San Petersburgo, ciudad
de
genios, a la que nunca
terminaré
de conocer, porque
la
creación y la belleza son
inacabables
y eternas.
A Yulia Kandakova
cuya
ternura sin límites
inspiró
la rebelión del otoño.
LA
REBELIÓN
DEL OTOÑO
Poemas
Luis
Valdez Pallete
Introducción Testimonial
Las Estaciones de Luis
El Otoño prolonga al poeta hasta la estación
siguiente que no siempre es el invierno.
Luis Valdez Pallete, poeta desde
siempre, me dio súbitamente
la buena nueva. Voy a publicar, me dijo, ¿te puedes encargar de la edición?.
Claro, respondí sorprendido, ¿acaso lo dudas?. Yo acababa de llegar de Arequipa
y no niego que hubo mucho de cortesía en mi respuesta, pues no era la primera
vez que Luis hacía esos anuncios.
Ya instalado en mi casa recordé momentos similares
anteriores. Publicar su poesía fue siempre una necesidad vital, que se vio
truncada por muchos factores. Sin embargo esa tarde de marzo observé en él una
emoción contenida que no supe decodificar. Ese raro brillo en sus ojos
enunciaba algo nuevo.
No me equivoqué. Al día siguiente dejó un sobre en mi
casa. Al abrirlo me invadió una alegría que removió mis paredes. Leí tres,
cuatro y hasta diez veces las veinticuatro carillas de "La Rebelión del
Otoño". Sabía que no debía dejar escapar esta oportunidad. No podía dar
tiempo a que él se arrepienta. Me posesioné de la computadora y en los
siguientes diez días Luis desarrolló una apasionante labor creativa para pulir
cada imagen, cada verso, cada palabra, cada silencio.
Son treinta años los de nuestra amistad. Tanto afecto
puro, desinteresado y recíproco nos ha construido el gesto, la emoción y el
cariño. Como buen arequipeño, se ha rebelado a la psicología propia del
habitante de su generación. No oculta su pasión ni destella "ese aire
mediocre, tristón y soledoso" de quienes se deprimen con el paso de los
años.
Recuerdo la noche de hace treinta años en que mi patota
de barrio conoció de su vasta cultura. Se emocionó mi adolescencia e inauguré
un proceso de aprendizaje que prosigue aún. Por él conocí el teatro. Luis
acababa de ganar el Tumi de Oro al mejor Primer Actor en el II Festival Nacional de Teatro, actuando
con el grupo "Talía" de Arequipa. Se sentía feliz de no haber
defraudado a su hermano José que era y es el Director de este hito teatral
mistiano. Juntos nos nutrimos de ese extenso, complejo y bello universo que es
el arte dramático.
En 1973 publicó "Los Años Doblados". El
poemario se presentó en la ANEA y en ÍNSULA. El público se emocionó con este
poeta que tiene como virtudes adicionales la voz y la expresión. Cada imagen
tiene su sonido. El las siente cuando lee y las dice con precisión. Es un
intérprete que propicia en el receptor no sólo la asimilación inmediata de su
vivencia, sino una proyección imaginativa que no tiene cercos. Coloca al oyente
en el umbral de la recreación. A mí me cabe la satisfacción de haberlo
escuchado innumerables veces, de haber actuado en obras teatrales de su
creación y de haber sido productor en los montajes de las obras y espectáculos
de sus hijos Dante y Gustavo. Por eso puedo hablar de él con tanta emoción y conocimiento
sin pretender objetividad alguna.
Un Productor chileno que estuvo en el
Perú
en 1976 asistió al estreno de "Terror y Miserias del III Reich"
de Brecht en "La Cabaña" y expresó que muy pocas veces había visto en
América un actor de su nivel interpretativo. Luis dirigió la puesta en escena e
interpretó en "La Búsqueda del Derecho", el difícil papel de un juez
que se debatía entre el dictado de su conciencia y el de la dictadura nazi.
Recuerdo que en esa época, todo el
patrimonio que pudo acumular en su carrera profesional de abogado, lo puso a
disposición de ese montaje y del proyecto cultural que forjó a partir de la
conformación del Taller de Arte Dramático "Tiempo Rebelde" que tuve
la satisfacción de fundar con él.
Luego vino su acercamiento al arte de
los Andes y de los pueblos marginados. Impulsó grupos de teatro, pintura y
literatura. Sus condiciones de filósofo del arte y de promotor cultural se
hicieron evidentes. Trajinaba al lado de conjuntos de quenas y zamponas por
calles y punas, en la ciudad y en el campo, para luego volver a su bufete de
abogado, generar la economía que le permitiera satisfacer las necesidades de
sus hijos y contribuir, sin guardar nada para él, al desarrollo de las
manifestaciones culturales que se identificaban con las legítimas aspiraciones
de los más sufridos.
Este aspecto de su prolífica labor se
sintetiza en la dedicatoria que en su Tesis hace el antropólogo Hernán Cornejo:
"Filialmente, al Dr. Luis Valdez Pallete, forjador silencioso de un
movimiento cultural inspirado en las más sentidas aspiraciones del pueblo, a
quien muchos deben su formación y desarrollo, aunque no todos se lo reconozcan
y agradezcan"
Como abogado ha defendido y defiende los
derechos de muchísima
gente sin recursos. Cuando en los años 70 el Perú se agrietaba de pobreza,
sindicatos, asociaciones, federaciones y pueblos, conocieron de su enjundioso y
juicioso verbo en las asambleas donde los orientaba y en los tribunales donde
los defendía. Por supuesto que actuaba apasionadamente sin importarle los
honorarios ni el peligro.
El fallecimiento de sus padres, a
quienes amaba tierna y apasionadamente, lo remeció hasta sus más profundos cimientos
espirituales. Comprender su dolor era apreciar la magnitud del cariño al
interior de la familia Valdez Pallete, donde el amor entre padres e hijos y
entre hermanos, constituyen las columnas vertebrales de su ejemplar conducta.
Estos hechos que templaban el alma del poeta, profundizaron la vinculación con
sus hijos, con quienes compartía íntimamente la tragedia de haber quedado viudo
cuando los frutos de su bello romance eran muy tiernos aún. El amor
por ellos, a quienes les dedicaba todo su tiempo libre, lo alejó de la creación
poética. Años después, el amor de sus hijos por él lo han regresado a la
creación poética.
Son inmensas las emociones que ellos le
vienen deparando. Fue veinte días a Rusia y ha sido testigo del
reconocimiento que San Petersburgo tributó a su hijo Dante, luego de que la
Orquesta Sinfónica de esa capital de la música, estrenara su cantata "Los
Años Doblados" inspirada en poemas de su padre. Dante Valdez es el primer
compositor peruano que ha sido interpretado en Rusia. Su hijo Gustavo lo
enorgulleció con el primer álbum L.P. de sus composiciones, interpretadas por
él mismo, y con su Video Clip. A ello se agrega el liderazgo evidente de Hernán
Cornejo -a quien Luis considera un tercer hijo- como docente universitario e
investigador antropológico, autor de tres libros.
Pero eso no es todo porque la poesía de la propia vida
le viene deparando emociones que no calculó. Gustavo acaba de poner ante sus
ojos una bella Mélody, nietecita que hoy llena una parte del hemisferio de
Luis, porque la otra gran noticia que ha recibido es el nuevo heredero que
desde Rusia le ha anunciado Dante.
Yo me he preguntado en estos días el significado de
mi amistad con este poeta. La mejor imagen que he encontrado para responderme,
es que ser su amigo es cruzar una puerta que abre caminos en muchas direcciones.
Infinitos e insospechados caminos que se transitan con la conciencia abierta,
atenta.
Luis Valdez Pallete es un poeta de mano
y pecho extendidos. Cómo
filósofo del arte, promotor cultural, periodista y hombre de teatro es un
poeta. No exagero al afirmar que como abogado de los más necesitados también es
un poeta. Cada etapa de su vida la ha vivido plena y profundamente. El las
reconoce, las asume y las defiende.
La Rebelión del Otoño encarna la posibilidad
de amar cristalinamente sin atormentarse por diferencias generacionales y poema
el motivo de esa conmoción vivificante por la que Luis está navegando durante
esta estación atravesada por el brillo renovado de sus ojos.
Roberto Bocanegra Herrera
PRÓLOGO
LUIS VALDEZ PALLETE
Y LA REBELIÓN DE LA POESÍA
1. El tiempo de la poesía y el amor es infinito
Un hombre pasea con su sensibilidad a
cuestas, con su noble manera de ligarse al resto de los hombres, a la
humanidad. Un hombre camina silencioso con su puñado de versos en los ojos, en esa
mirada distinta que ve más allá de los contornos inmediatos de las cosas, versos
que estallan en la garganta, en la piel, en el sereno canto del pensamiento, en
la arisca flor de la rebeldía... y no llega a esparcir y grabar su música en la
tierra, en las anchas avenidas de la soledad y el desencanto que parecen tragar
nuestra más íntima ilusión.
Pero ese hombre -Luis Valdez Pallete-
que parece observar apacible los eventos más radiantes y aquellos más oscuros de
la vida, no es en modo alguno un extranjero en el territorio sin fronteras que
es la poesía: en 1973 publicó Los Años Doblados, un primer poemario
cuyas virtudes la crítica resaltó con entusiasmo, en el cual, con versos
medidos, equilibrados, de una tersa textura, el poeta exalta las motivaciones
más nobles y sentidas en la vida de los hombres, sus postergados anhelos de
justicia y realización integral, sin excluir el deseo y el amor (^Circundaré
tu mirada/ con poesía arrancada la inocencia...,",V)
Por ello, la publicación de La Rebelión
del Otoño, que ahora nos entrega Luis Valdez, no es tanto un retorno a la
palabra escrita -pues el poeta no ha cesado de labrar una voz personal- sino un
salto a la expresión cabal de su talento poético.
2.- Erotismo y ternura en la poesía de Luis Valdez
Una de las líneas más notables de la poesía peruana
contemporánea es aquella en la que el fuego de la pasión amorosa es no diluido
sino atemperado, contenido por ese sentimiento que pone en relieve, por decirlo
de algún modo, al niño que vive en cada uno de nosotros: la ternura. Aquí el
arrebato, el desborde, el erotismo desenfrenado expresados en metáforas de una
belleza violenta, torrencial -Francisco Bendezú, Enrique Verástegui- ceden el
paso a la expresión cristalina, a la magia de la sencillez que pausada,
limpiamente discurren sin tropiezos en el poema -Oquendo de Amat, Juan Gonzalo
Rose-.
En esta vertiente se instala, con
firmeza, La Rebelión
del Otoño, libro
que Luis Valdez nos entrega luego de más de 2 décadas de publicado Los Años
Doblados. Hablamos, en este caso, de una poesía cuya serena pero intensa
belleza se apoya en un apreciable control de las imágenes que fluyen
armónicamente con un ritmo interior semejante a las aguas de un río que domina
su cauce, es decir, reproducen el lenguaje común de dos cuerpos que se
reconocen idénticos, desde el asombro de la revelación primera hasta el registro
íntegro de la experiencia, desde el asedio inicial hasta la total posesión.
Pero este rasgo central del poemario nos
remite a una dimensión
más profunda, espiritual, en la que Luis Valdez, dueño de sus circunstancias,
se instala con madurez, con sabiduría, con regocijo en el universo del amor.
Por ello, el poemario se abre con unos versos memorables ("Soy
otoño/rebelde al tiempo/caminante del alba", La Rebelión del Otoño) que sitúan al poeta asumiendo
cabalmente el estadio que transita, el otoño de la vida, transfigurado -por el
amor- en una estación total, llena de vitalidad y ajena al declive, y se cierra
con un resuelto alegato en favor de la vida y el valor humano ("La
madurez/ la decide el hombre/ cuando es capaz de acariciar/ el beso de los hijos/
y la pasión/ de la mujer amada/ sin que le transpire de angustia/ la
conciencia/ sin que le tiemble el amor/ de miedo", La Madurez).
La Rebelión del Otoño es, entonces, un
recorrido por los pasajes misteriosos del amor, cuya magia, incluso en los momentos
de intensa sensualidad, no excluye sino enfatiza la ternura como un componente
medular ("veo centellar/ entonces/ los inquietos pezones/ de tu
despertar/ y advierto/ la niña ternura / de tu piel" Las tiernas
colinas de San Petersburgo VI), y es al mismo tiempo,
una posibilidad de acceder a la redención del hombre terrenal ("Construiremos
juntos/ otro mar/ otra tierra/ otras estrellas", Id XI)
3. La Rebelión del Otoño: Poesía y
libertad
¿A
qué borronear con torpeza más líneas sobre un libro en el que Luis Valdez se
muestra en claro dominio de sus recursos expresivos? ¿Qué otro atisbo impreciso
mencionar sobre una poesía ya entrañable, que tanto deslumbra como conmueve?.
Tal vez el sentimiento más recóndito que nos produce su lectura y relectura: la
poesía, hecha desde la orilla de la sinceridad, alcanza una dimensión ética y
social trascendente y es, como el acto de amor, un ejercicio de libertad, una
apelación a no dejarse morir, a hacer de todos los estadios de la vida un
permanente disfrute humano, una invitación amable a moldear un universo
donde no exista muerte/ almas oscuras/ flores secas.
Jorge Luis Roncal Otoño, 97
Te amo
me amas tú
dos amantes
más amantes
que el amor
GUSTAVO VALDEZ*
La Rebelión del Otoño
Soy otoño
rebelde al tiempo
caminante del
alba
mi corazón no
acepta edad
ni estaciones
enfrento al
viento
no le permito
alejar mis hojas
a distancias que
no alcance
estoy enamorado
de una flor
de primavera
en mis ramas
sosegadas
circula
adolescencia
ilusión
misterio
ungüento de musas
le disputo al
cielo
el éxtasis
la infinitud
la luna
los ruiseñores
entonan
en mis ramas
un romance sin
edades
la vida coquetea
sus ojos
en mi rebeldía
la doncella
enrojece
su corola
y me entrega en
secreto
el rubí de
su inocencia.
Las
tiernas colinas
de San
Petersburgo
I
Contemplaba
obnubilado
la ciudad San
Petersburgo
cuando escuché tu
nostalgia
Mirarte
inició mi entrega
traías una mañana
en tus manos
un rosario de
esperanzas
iluminaba tus
ojos
en tus senos
titilaban
fresas de
pubertad
Bebimos juntos
interminables
calles
de palabras
nos engrieron
palacios
catedrales
conciertos
hicimos de los
legendarios puentes
pergaminos
secretos
de nuestras
confidencias
Un día despertó
mi poesía
toque tu cuerpo
te habías
convertido en uva
tuve el valor de
detenerla
en el centro de
mi lengua
el calor de tu
presencia
derritió mi
paladar
transformamos los
abrazos
en un solo
corazón
a voz abierta
eras uva
todo mi cuerpo
sed
El Ermitage guiñó
su historia
al ver nuestra
alegría
jugando en su
pasado
la nieve atisbó
curiosa
el nervioso
destino
del otoño y la
flor
II
Átame de labios
a tu inmenso
canto
relátame en tu
aliento
la palidez de tus
párpados
la longitud de tu
espíritu
el temblor de tus
manos
Átame de labios
a tu inmenso
canto
beberé tus penas
hasta hacerme
astillas
sin más anhelo
que tú
III
Deja que tus
tiernas colinas
de diosa
adolescente
me den vida
déjame frotar tu
alma
hasta hacerla
brillar
como una entrega
déjame llover en
tus entrañas
arrancando de tu
insomnio
los deseos que
amoratan
mis labios
de tanto contener
mis ansias
deja resplandecer
mis ojos
parpadeando en
tus jardines
mientras mi tacto
dormita
bajo el néctar
auroral
de tu candor
Cuando tu amor
acceda a nuestra
entrega
me envolveré en
estos versos
para internarme
sigiloso
en los bolsillos
de la noche
desde allí
cuidaré pleno
la sensualidad de
tu ternura
IV
Deseo tanto
descubrir con mis
labios
uno a uno
los poros de tu
piel
que cuando me des
a beber
del embravecido
mar
de todos tus
extremos
nos convertiremos
en padre y madre
de sensaciones
violeta
no inventadas
todavía
por el hombre
no imaginadas por
la luna
que cree conocer
todas las formas
posibles
del amor
Cuando el
adolescente temblor
de tu sonrisa
me permita
enrojecer con mis
labios
el rosado rostro
de tu piel
se enfriará de
emoción el sol
al ver nuestros
cuerpos
asumiendo
ardientes
la tarea de ser
fuego
Cuando tus deseos
en botón
inyecten savia
en mis suspiros
otoñales
la aurora se
alojará
en mi lluvia
y recostada en el
rocío
recibirá la
visita
del crepúsculo
Deseo tanto
Acariciar la tez
de tus secretas
fantasías
que siento
alborotarse
en mí
la excitación
de todos los
amantes
de la tierra
V
Estoy en ti
embriagando tus
mejillas
de rubor
con mi sonrisa
amándote
como alma el amor
a la pasión
la quietud
a la vida
el placer
a la piel
sumergiéndome
en tu escalofrío
púber
ingenuo como el
mar
antes de la
tormenta
Estoy en ti
siento que me
sientes
VI
Son facciones de
mujer
en tu inocencia
las que encienden
mi pasión
hasta tus senos
Cuando tomo
entre mis brazos
la ilusión
de tus pupilas
tiernas
de tornas fuego
azul
y vuelas
hasta hacerte una
nostalgia
en el espacio
veo centellar
entonces
los inquietos
pezones
de tu despertar
y advierto
la niña ternura
de tu piel
donde rocío
amoroso
el vapor de mi
silencio
VII
Eres el mar
te encuentro cada
día
en el final
de tus primeras
olas
en el principio
de tus últimos
ríos
en el iris
donde te acaricia
el sol
en la aurora
reunida en tu
regazo
para darnos el
color
Te encuentro cada
noche
en la ribera
cuando acurrucas
mi temblor de frío
colmándolo de
espuma virgen
cuando abres tus
olas
a mi caudal de
hombre
para hospedarlo
excitada
en la llama azul
de tu misterio
VIII
Cuando aquella
noche
de marzo
me entregaste el
capullo
de tus años
el cutis de mis
recuerdos
ardió de pubertad
Cuán lejos
la encorvada
lágrima
de mis secas
noches
de infortunio
cuán cerca los
labios
que tiñen de
aurora
la piel de las
horas oscuras
Cuando aquella
noche
me entregaste la
vida
comprobé pasmado
que resucitar
no es cosa de
milagro
En mí sólo
bastaron
tus manos de rosa
paseando por mi
rostro
tu edad
que me entibió la
sangre
y echó a andar mi
corazón
IX
El hombre
concibió la
tristeza
un instante
después
de su primer
pecado
desde entonces
su problema
no es pecar
es arrepentirse
X
Recordar San
Petersburgo
es amar
tus tiernos años
abrazados a los
míos
es amar
tu palidez
ingenua
atravesándome
de verso a verso
es amar
tu cosquilleo de
pluma
golpeando la
burbuja
de mis labios
entreabiertos
es amar
los ardientes
torbellinos
de tus volcanes
tibios
soltando
juguetones
de su secreto
a mi saliva
es amar
tu sensualidad
de acequia virgen
intuyendo
caudales
en mares cercanos
recordar San
Petersburgo
es amamantar en
mi memoria
la turbación de
tus auroras
la sigilosa
mirada
de tu núbil
coqueteo
humedeciendo los
secretos
Recordar San
Petersburgo
es volver al
ermitaño parque
donde suspirando
estrellas
cruzábamos la
noche
arropando con
nieve
nuestros sueños
XI
Construiremos
juntos
otro mar
otra tierra
otros astros
haremos otro
universo
donde no exista
muerte
almas oscuras
flores secas
donde sean inmortales
la belleza de las
flores
la alegría del
hombre
la paz
En ese nuevo
universo
el amor será
el agua
el aire
la vida eterna
MUJER
INFINITA
Mujer
tú naciste el día
en que el amor
sintió
los latidos del
hombre
En ese instante
tu sonrisa tornó
en espíritu
la bóveda celeste
y las estrellas
engendraron
corazones azucena
a los que diste
de lactar
zumo de bien
Mujer
tú solo morirías
si un día el odio
fuese capaz
de quebrar tu
madre vientre
hasta hacerlo
cenizas
desprendidas de
la nada
No morirás
la nada es
mentira
tus entrañas
son flores
todos los días
crecen
en el bosque
infinito
de la materia
eterna
LA
MADUREZ
La madurez no se
alcanza
se decide
El hombre se
desprende del árbol
de sus años
cuando la
voluntad abona
el pensamiento
la conducta
el surco por donde
avanzamos
y regresamos del
deber
La madurez no es
meta
ni comienzo
La madurez es
mirarse en el espejo
sin subir el
rubor hasta los ojos
sin bajar la
mirada
sobre el rostro
La madurez
la decide el
hombre
cuando es capaz
de acariciar
el beso de los
hijos
y la pasión
de la mujer amada
sin que le
transpire de angustia
la conciencia
sin que le
tiemble el amor
de miedo
INDICE
Las Estaciones de Luis
(Introducción Testimonial)
por Roberto Bocanegra Herrera……………………………………………….
Luis Valdez Pallete y la Rebelión de la Poesía
(Prólogo) por Jorge Luis Roncal……………………………………………
La Rebelión del Otoño
Las tiernas colinas de San Petersburgo………………………………
I…………………………………………………………………………..…..
II…………………………………………………………………………..….
III…………………………………………………………………………..….
IV………………………………………………………………………….….
V…………………………………………………………………………..….
VI…………………………………………………………………………..…
VII……………………………………………………………………….……
VIII……………………………………………………………………….…..
IX……………………………………………………………………….…….
X……………………………………………………………………….…….
XI………………………………………………………………………….….
Mujer Infinita…………………………………………………………….…
La Madurez………………………………………………………………...
Luis Valdez Pallete (Arequipa, 1940) Publicó su primer libro de poemas Los Años Doblados
en 1973, traducido recientemente al ruso, el cual constituye la letra de la
cantata del mismo nombre del compositor arequipeño Dante Valdez, que ha sido
estrenada en la Catedral Smolny de San Petersburgo (Rusia) por la Orquesta
Sinfónica Estatal de esa ciudad y el Coro del Conservatorio «Rimsky Korsakov»,
dentro del VI Festival Internacional
«De la Vanguardia hasta nuestros Días» realizado en marzo de 1997. La
Rebelión del Otoño es su segundo libro de poemas.
En 1967, integrando el Teatro «Talia» de Arequipa,
obtuvo el Tumi de Oro al Mejor Primer Actor en el II Festival
Nacional de Teatro, cuyo Jurado estuvo integrado por José Miguel Oviedo,
Alfonso La Torre, Ricardo Blume y Elena Portocarrero. En 1973 su obra « Los
Mismos » obtuvo el Primer Premio en el I Festival Nacional de Teatro Popular.
En 1976, fundó y dirigió el Taller de Arte Dramático «Tiempo Rebelde» de Lima,
montando creativamente «Terror y Miserias del III Reich»
de Bertolt Brecht.
Ha publicado en diarios y revistas de
Arequipa, Lima e Iquitos, donde dirigió el Diario «El Eco-». En 1968 la
Revista «Aportes» de París y Editorial «Tiempo Nuevo» de Venezuela publicaron
su ensayo socio-periodístico «Antecedentes de la Nueva Orientación de la
Fuerzas Armadas en el Perú».
Actualmente el autor de La Rebelión del Otoño es Presidente del
Instituto Peruano de Cultura IPEC, integrante del Comité Directivo de la
Revista «Alma Matinal» y Secretario de la Asociación Cultural Arequipa «AREQultura»
de la que es uno de sus fundadores y Director de su Revista.
Luis Valdez Pallete optó el grado de Doctor en Periodismo en la
Universidad Particular «San Martín de Porres» y el título de Abogado en la
Universidad Nacional de San Agustín. Sus estudios escolares los realizó en los
Colegios San José, La Salle y Militar Francisco Bolognesi de Arequipa. Como
excadete de este último, viene desempeñando la Vice-Presidencia de la
Federación de Excadetes de Colegios Militares del Perú.