viernes, 30 de abril de 2010

PODER DE LA CULTURA EN EL SIGLO XXi

Lean esta estrevista de José Luis Ayala en la Primera. Denme su opiniónPoder de la Cultura en el siglo XXI

Edgar Montiel está en Lima invitado para participar como principal ponente en el Seminario de Filosofía Peruana y Latinoamericana, organizado por la Facultad de Letras y Humanidades de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con el auspicio del centro de Estudiantes de Filosofía y la Cátedra del Seminario de Filosofía en el Perú. El tema que abordó fue Repensar la Independencia de la Américas para reformar las Repúblicas Pero la noticia es el anuncio de la inminente edición de su libro El Poder de la Cultura, en la Editorial Fondo de Cultura Económica de México. Así, el filósofo, ensayista, economista peruano y Jefe de Políticas Culturales de la UNESCO (París), reúne en ese texto, dos décadas de experiencia en la promoción de Políticas Públicas desde la cultura. En esta entrevista, en síntesis, Montiel sostiene que la cultura debe constituir un recurso estratégico para la estabilidad política, la cohesión social y el desarrollo económico.

- ¿Por qué se otorga en el libro un poder estratégico a la cultura?, ¿cuál es su pertinencia para nuestros días?
- En cierta forma se puede señalar que la cultura es un poder equivalente a otros poderes reconocidos (como el político, el económic o el militar), pero con su propia especificidad, como cada uno de esos poderes. En el caso de la cultura, se trata de un poder de otra naturaleza, tiene otro contenido, otros métodos, además de una eficacia y capacidad diferentes al poder bélico o al poder económico. Para entender mejor es necesario referirse a dos conceptos que encierra el término poder. Ninguno precede al otro, ambos están fusionados como un cuerpo y su sombra. En el contexto de las relaciones internacionales, por ejemplo, el poder se define como la capacidad de modificar el comportamiento de otros actores (es el caso de Estados o sociedades). Esta capacidad o poder de influencia por lo general está sustentada en otra forma de poder: la posesión de recursos tangibles e intangibles.

- ¿Por qué la cultura es precisamente un poder estratégico?
- Respondo a esta pregunta con un ejemplo extraído de la historia. Una de las preocupaciones de las potencias coloniales desde el siglo XVI fue la de imponer su religión, lengua, escala de valores; es decir, “tomar por asalto” la identidad de aquellas comunidades por colonizarlas y transformarlas. Al proceder así, más que un empleo de la fuerza militar, se utilizaba diversos métodos para la conquista de los espíritus: la religión y sus dogmas, la extirpación de idolatrías, el fomento de ciertas prácticas en detrimento de otras, la enseñanza de la lengua del colonizador. Todo esto puede ser concebido como una empresa cultural. Para el conquistado, a su vez, buena parte de su resistencia contra el conquistador se dio en el ámbito de la cultura. Al preservar su lengua, su cosmovisión, intentó guardar equilibrio entre su identidad y actuación en ese nuevo orden. La cultura por tanto, es un poder, podemos con ella intentar influir y modificar a distintas colectividades. Y es estratégica, puede concebirse como un medio empleado para lograr un objetivo -los métodos para vencer al adversario-, sin desenvainar la espada.

- ¿No hay el riesgo de hacer de la cultura un instrumento de dominio?
- Es un instrumento de dominio. No hay que tener una visión seráfica y neutra de ella. La cultura ha sido siempre un recurso de dominio, de disputa, de influencia pero también de resistencia. Quizás está en reducir los diferentes planos de la cultura a uno solo: el de las bellas artes, las cuales han sido ubicadas en la esfera de la autonomía. La cultura es un recurso poderosísimo de persuasión. Es por esto que abordajes como los de Joseph Nye, que ha acuñado el término de poder blando para hablar del papel de la cultura y las prácticas políticas en las relaciones internacionales, nos muestran que la cultura es un tema que preocupa a los Estados, a las cancillerías.

- Sin embargo podríamos preguntarnos cuánto puede influir la “persuasión cultural” en un grupo de personas “convencidas”. ¿Cuánto puede influir el poder blando de una nación en un grupo fanatizado?
- Una de las características de las culturas es que actúa como un poder difuso, molecular, diríamos homeopático. No posee el impacto inmediato y cuantificable que tiene el poder militar o económico en una determinada situación. Pero esto no quiere decir que deje de tener influencia en las personas que lo reciben. A medida que es “molecular”, se asienta poco a poco en las conciencias de manera que cambia comportamientos y actitudes. Quizás esto no sea suficiente para cambiar súbitamente a masas fanatizadas, pero si con esa capacidad de trasmisión que tienen los medios de comunicación se promoviera la comprensión mutua, la interculturalidad activa, y no esa apología de la violencia fácil, esa xenofobia que no dice su nombre, la marginalidad como exotismo, y esa opulencia y consumismo compulsivo -recurriendo a reiterados efectos especiales-, no se estaría alimentando a toda hora a los demonios del fanatismo. El desafío mayor lo constituye la incorporación en las escuelas, desde los primeros años, de una educación intercultural, abierta a la comprensión del otro. Esto crearía un hábito dialógico en las nuevas generaciones y avanzaríamos en el esfuerzo de aprender a vivir juntos.

- ¿Quiénes o qué instituciones ejercen el poder cultural?
- A pesar de que gran parte del poder cultural está en manos de megaconsorcios, o de Estados poderosos, existe una resistencia en los distintos universos culturales para cambiar esto. Esas multitudes a las que se refieren Hardt y Negri. Ellas se sirven de las nuevas tecnologías, en especial de Internet, para realizar contraofensivas. En el ámbito propiamente cultural, el poder cada vez mayor de la Red la vemos en el renacimiento de expresiones artísticas de los países del Sur -un poco folclorizados, quizá- como la música. Sin embargo, esto también podría entenderse dentro de la tendencia actual de transformar todo en un espectáculo. Todo lo que es tocado por una cámara de televisión se convierte en una representación, en un espectáculo: una ceremonia budista, un tsunami en el extremo oriente o un atentado terrorista. Esta óptica de las cosas no estimula un conocimiento real, un verdadero interés por las prácticas culturales en diversas regiones. Se ha dado el caso de documentales sobre campos de concentración, convertidos por la imagen en destinos para el turismo de masas, y no en centros de reflexión y recogimiento.

-Si gran parte del poder cultural es ejercido por consorcios no estatales, hay una parte del mismo ejercido por el Estado.
- Esto es cierto. Es por esto que he dedicado un capítulo referido a la visión que tenía al respecto De Gaulle. Después de la Segunda Guerra Mundial, debido al proceso de descolonización, emergen nuevas naciones tanto en África como en Asia y se establece una nueva geopolítica de las naciones. Uno de los estadistas que vio con claridad este hecho fue De Gaulle, pues ante la tendencia mundial de independencia y liberación de estos pueblos que poseían una fuerza nacionalista difícil de detener, él ve que era necesario establecer una política internacional “tercerista”, una geopolítica de las naciones basada en las identidades y las especificidades nacionales. El cemento constitutivo que une estos nuevos Estados era la cultura. Y esto es aún más vigente en nuestros días. Recordemos las palabras del presidente chino en su visita a París en el 2001. Uno de los argumentos que expuso es que la China era heredera de una vieja cultura, es decir heredera de manifestaciones culturales de excelencia en muchos ámbitos: en la medicina, arquitectura, cocina, etc.

-¿Cómo puede hacerse más dinámico el poder cultural que posee un país o una región? ¿Los países del Sur, por ejemplo, de qué manera podrían incrementar sus recursos en poder intangible?
-Existen diferentes modos. Uno de ellos es a través de los mecanismos diplomáticos. Se ha generado una diplomacia cultural para promover y dinamizar la imagen cultural de un país y su contribución al mundo. Los gobiernos tienen dependencias encargadas de los intercambios culturales. Con la creación de centros culturales como el Goethe Institut, la Alianza Francesa, el British Council o el Instituto Cervantes, el Instituto Confucio, se fomenta la lengua y se irradian manifestaciones y programas culturales de manera sistemática.

Pongamos el caso del Perú, un país con cinco mil años de antigüedad, desde Caral, con un Estado embrionario contemporáneo a las culturas mesopotámicas y orientales, la pregunta que surge en este caso es qué hacer con esta herencia. Una política de espaldas a la historia y la memoria sería algo incoherente. Tomando en cuenta también la presencia de más del 10% de su población en el exterior. Todo esto invitaría al Perú a reformar su servicio exterior para que pueda movilizar a la cultura en función del desarrollo y de la cooperación internacional, y poder estimular así los intercambios científicos, técnicos y económicos. Otro aspecto importante es la incorporación de los peruanos del exterior en los planes de desarrollo nacional. Junto a los roles convencionales de los cónsules y agregados se podría crear la figura de los cooperantes o mediadores voluntarios tanto para los servicios consulares, como para el ámbito cultural, educativo y científico.

- Si se toma en cuenta el criterio de que “patrimonio intangible” es equivalente a las costumbres heredadas por un pueblo, aparece una objeción: ¿por qué mantener un patrimonio intangible “perverso”? ¿Qué sucede con costumbres como la poligamia o la ablación al útero de la mujer en el caso de algunos pueblos del África, los cuales al ser heredados forman parte —en apariencia- de su patrimonio intangible?
- Es cierto hay tradiciones que son nefastas y de lo que se trata es de superarlas: es el caso del machismo, de la discriminación de la mujer, de prácticas xenófobas o castigos como la lapidación. La Convención menciona que se fomenta el patrimonio inmaterial, la diversidad cultural de todas aquellas manifestaciones que no atenten contra la integridad física ni los derechos humanos. Esto confirma la tesis de que la cultura no es neutra, exenta de impurezas, corno algunos pretenden.

- Quizás en teoría sea conveniente preservar ,por ejemplo ,una lengua hablada por mil personas, pero ¿no frenaría esto el desarrollo científico o tecnológico de esa persona al no tener acceso a información que en general se difunde en otras lenguas?
- Lo que se trata es de preservar todo el patrimonio intangible, sea o no minoritario. Siguiendo el ejemplo, no se busca de defender una lengua contra otra, lo que se trata es hacer que las personas no sean monolingües, sino bilingües o incluso trilingües, para que ellas puedan tener acceso a la información y comprender la cosmovisión de otros grupos. Ha comenzado un verdadero esfuerzo para que las nuevas generaciones encuentren un mundo no empobrecido por el paso del tiempo sino por lo menos preservado y enriquecido por el aporte de los nuevos tiempos. Las nuevas generaciones tienen ahora nuevos desafíos, como el tener que ser plurilingües o multiculturales, tener una apertura a la diversidad cognoscitiva, espiritual y estética.


José Luis Ayala.
Editor de Cultura

jueves, 29 de abril de 2010

Con Manuel Serrano,Jorge Luis Roncal, Gustavo Rojas y Mercedes Castillo

Consejo en pleno



Dante Valdez, Hernán Cornejo, Luis Valdez, Raúl Luza, Jori Sagastizabal,Gustavo Valdez y Roberto Bocanegra

JURAMENTACION EN EDUCAP 08/04/2010



El Profesor Gustavo Rojas, Presidente de EDUCAP toma el Juramento a Luis Valdez Pallete, Presidente del IPEC

Consejo Directivo

Luis Valdez Pallete
Presidente
Raúl Luza Luyo
Vicepresidente

Areas de
Música: Dante Valdez
Artes Plásticas: Jori Zagastizabal
Sociales: Hernán Cornejo Velásquez
Pedagogía: Gustavo Valdez y Evaristo Lozano

Director: Roberto Bocanegra Herrera

Camino sin fronteras

poemario de Luis Valdez Pallete Lima-2005